Enjambre






Estos pensamientos revolotean
en  mi cabeza pronta a  estallar
sin que se consiga hacer hoy  soñar
 los miedos, que sólo  salir  desean.

Los argumentos  ya se  tambalean
pues no permiten apenas brotar
una simple idea: la de  pasar
 de  azabaches sueños que balbucean

al  zumbido loco,  ensordecedor
—magento rayo que  recorre el   alma
arrugando  sueños por el  hedor

de aguas empozadas; pura es la calma—
que  va inflando  miedos bajo el calor
que  brota en  mis  manos: dedos y palma.

Irene Bulio © 2014

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