viernes, 20 de marzo de 2015

Rocío






Rocío.

Cae la tarde. Es primavera. Se escucha el trinar tras los cristales.

Carlos  va a su alcoba, toma una fragancia y se dirige hacia la puerta, camino del parque.

Tras las cinco vueltas habituales alrededor de la fuente, llega a su banco favorito que está ante el pino más alto; allí solía sentarse junto a Rocío.

De forma metódica saca dos pañuelos, pulcramente doblados; los extiende y se sienta sobre uno de ellos.

Con el perfume impregna una mano, la acerca a su nariz y comienza a estornudar.

La alergia al jazmín le sigue uniendo al recuerdo de su amada.

 

Irene Bulio – marzo 2015
 
 
(Música de Jaime Barkin)
 
 
 
 

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