(Imagen tomada de
internet – autor desconocido)
Me quedé perplejo. No sabía qué
decir. Pensé que Joaquín era un mujeriego, pero nunca creí que tanto, hasta que le escuché comentar:
—
La saqué de mi casa, apresurado. Aún estaba
húmeda.
Desde entonces ya no le miré igual, hasta que ya no pude más y le
pregunté:
—
Joaquín, ¿quién era la joven con la que estuviste
la Noche de Reyes? Recuerdo que comentaste
que se fue apresurada… — pregunté curioso.
—
¿La Noche de Reyes? ¡Qué va! Toda la semana estuve pintando un cuadro de una
geisha para mi hermana y hasta lo entregué sin secar —contestó.
—
¡Menuda verdad! — comenté.
Roberto Kamé © 2014.
Leer por leer.
Tema: la verdad.
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