Volver a navegar
Las doce del mediodía; el sol
acariciaba su piel, dulcemente. Iba entrando despacio en el mar; las olas
acariciaban sus pies, luego sus muslos, sus caderas… lo veía todo y lo disfrutaba como un niño.
Le encantaba sentir cómo
salpicaban las gotitas de agua salada
sobre su vientre. No recordaba cuándo se bañó en el mar por última vez, fue
hace más de un lustro; era una de sus
grandes ilusiones.
Desde aquel fatídico día no había
vuelto a pisar la arena… ni nada…
Ahora unos sanitarios le ayudaban
a disfrutar del mar desde una camilla adaptada. ¡Bendito día!
Inma Flores – © - Leer por leer
(Imagen tomada de internet - autor desconocido)
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