miércoles, 3 de junio de 2015

Buen aterrizaje





Buen aterrizaje

Quería viajar. Cerró los ojos y se puso a imaginar cuál sería su próximo destino.

No sabía a  dónde ir.

Descartó Europa, Asia, Sudamérica...

El olor a fármacos distrajo su atención. Desde que le dieron aquella fatídica noticia no paraba de hacer planes. Consumió su vida en soñar sin llegar a vivir; ahora deseaba viajar sabiendo que, irremediablemente, su último viaje sería a ninguna parte.
Una salada lágrima rodó por su mejilla. La atrapó mientras tomaba el teléfono para llamar a su esposa. Se disculpó por haber sido tan cruel. Fue la única vez que logró aterrizar en su corazón.

Inma Flores © Leer por leer

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