Recuerdos
Llegó
a casa avanzada la noche. Estaba destrozada. No había sido un gran día. Lo
había perdido todo, incluida su dignidad.
Recordó
como siempre se había puesto de pie ella sola,
a base de fuerza de voluntad.
Cogió
en sus manos la caja donde guardaba la correspondencia que mantenía antes de la existencia de
facebook. Allí estaba aquella tarjeta que le había enviado Víctor varios
lustros antes, con una frase que siempre fue su faro:
«Siempre
hay un trozo de cielo azul».
Ávida,
cogió el teléfono y charló con su amigo durante horas.
«Después de todo, mañana será otro día».
Inma
Flores – Leer por leer – 11/04/2015
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