Retazos
de amor
Una
tarde cualquiera, llega a casa, se sienta junto a su esposo, acaricia su mano:
—
Llevé
un cliente a Maspalomas, quería conocer la playa. Hacía un sol espléndido.
Recorrimos el paseo. Él se quiso dar un chapuzón; mientras, los niños jugaban en la arena. El atardecer estaba
precioso, vestido de tonos rojizos, como a ti te gustan. Los rayos de sol me recordaron las yemas de
tus dedos acariciando mi piel…—comentó la joven.
—
Gracias
amor. Ahora que no puedo ver, tras el accidente, te has hecho cargo del taxi y me permites viajar a través de tu mirada.
Inma
Flores © mayo de 2015
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